Teatro Villamarta de Jerez - La Dolores -1998

 EL MEJOR BRETÓN


Después de la experiencia, relativamente fallida, de Los amantes de Teruel, el Teatro Villamarta de Jerez, ha programado la cuarta de las óperas escritas por Bretón: La Dolores, estrenada con gran éxito en Madrid el año 1895. 

La producción que Verdi Concerts ha llevado al interesante Otoño Lírico Jerezano es un ejemplo de lo que una compañía privada puede conseguir cuando sus responsables son personas conocedoras del género. Angeles Gulín y Antonio Blancas han acertado al seleccionar el reparto y dirección musical, pues se trata de una obra compleja, con amplio despliegue orquestal, llena de contrapunto. La estética se mueve entre la herencia de Wagner y el más intenso de los verismos. Los toques nacionalistas vienen dados por el tema mismo y la localización aragonesa del argumento, y se ciñen sólo a momentos muy concretos, pero con auténtica garra. Para ellas se contó con la brillante participación del grupo folclórico Solera de Aragón, realmente espléndido, y de la Rondalla Lírica de Madrid, que bordó el pasacalle.

 El acierto en el reparto se apreció en los papeles secundarios, pero aún más en el trío protagonista. Tanto Federico Gallar, chulesco y malvado Melchor; Luis Dámaso, enamorado seminarista, y Teresa Novoa, la bella y desdichada Dolores, encamaron a las mil maravillas sus difíciles partes, afinados y musicales. Dámaso se llevó una ovación tras la romanza Henchido de amor santo y estuvo sensible y apasionado en el célebre dúo Di que es verdad, donde le dio la réplica Teresa Novoa. Poco antes había sido aplaudida en su difícil aria Por qué sentí. Muy justa escenografía y una dirección escénica cuidadosa de las detalles y con innovaciones que mejoran el entendimiento de la obra completaron el éxito clamoroso. 

La Dolores es una de las obras más importantes de nuestro teatro lírico. Esta producción debería ir allá donde haya teatros con responsables atentos a cuantos esfuerzos lo merezcan de verdad. Pronto los aficionados se familiarizarán con La Dolores gracias a una reciente grabación dirigida por Ros Marbá. De la versión de la JONDE, dirigida por Miguel Ortega a partir de una revisión de la partitura llevada a cabo por Ángel Oliver, debería quedar constancia grabada, tales son los valores artísticos de esta feliz recuperación.

Andrés Ruiz Tarazona


Scherzo, Revista de Música  - Nº 128 - Octubre de 1998

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